El Hospital de la Venerable Orden Tercera de Madrid

El Hospital de la Venerable Orden Tercera de Madrid

Se considera al Hospital de la Venerable Orden Tercera de Madrid el más antiguo de la capital en funcionamiento de manera ininterrumpida. Se sitúa en la calle de San Bernardino, muy cerca de donde estuvo el portillo de la cerca de Felipe IV conocido como de Gilimón, derruido en el siglo XIX.

La V.O.T.

La V.O.T de San Francisco nació en el siglo XIII, hacia 1221. Se dice que estando en Italia predicando la penitencia, el santo se encontró con un problema en la Villa de Caneiro del Valle de Espoleto: había mucha gente que deseaba seguir sus ideas. Muchas de estas personas eran familias enteras, con sus trabajos y obligaciones, por lo que San Francisco ideó un vínculo no monástico que permitiera a estas personas seguir sus recomendaciones. Así nació la regla de la V.O.T de hermanos franciscanos seglares. Los primeros que recibieron el hábito de la Tercera Orden fueron el matrimonio compuesto por el beato Luquesio y la venerable Bonna.

La nueva «regla» se propagó rápidamente por Europa y se dice que llegó a Madrid con San Francisco en el siglo XIII. Durante el Siglo de Oro la V.O.T tuvo un gran éxito en la Corte. Se calcula que más del 20 % de la población estaba acogida a ella, posiblemente por las ventajas médicas y hospitalarias que ofrecían los franciscanos seglares.

A la V.O.T pertenecieron importantes nobles, políticos e intelectuales, cotándose entre ellos a Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca y Miguel de Cervantes.

Su escudo representa las cinco llagas de Cristo y los tres clavos de la cruz.

Hospital de la V.O.T.

La decisión de contar con un hospital estable en la Corte se tomó en el Consejo o Discrectorio de la Fraternidad (V.O.T) en 1678, habiendo contado con la aprobación del rey Carlos II en 1673.

Además de la corona, se contó con el mecenazgo de doña Lorenza de Cárdenas, hija de los condes de Puebla Maestre, y de su esposo, don Lorenzo Ramírez de Prado.

La construcción del hospital comenzó en 1679 y acabaron las obras (la iglesia incluida) hacia 1697. El coste de la obra alcanzó los 624.000 reales. Se edificó en el solar de don Baltasar Gil Imón, fiscal del Consejo de Castilla y Gobernador del Consejo de Hacienda en 1626, hombre importante durante los reinados de Felipe III y Felipe IV.

Se encargó la obra al arquitecto de las trinitarias de san Ildefonso de Madrid (lugar donde está enterrado Miguel de Cervantes), Marcos López, aunque no pudo dedicarse a la obra, por lo que se hicieron cargo Luis Román, sus hijos y Bartolomé Hurtado.

El hospital se inauguró en 1686, sin estar terminada la iglesia. Se construyó en torno a un patio cuadrangular, con un total de tres plantas más sótano. Contaba con ocho salas y 200 camas, estando cada sala dedicada a un santo franciscano.

El Hospital de la Venerable Orden Tercera de Madrid

Fue pionero en el tratamiento de la tuberculosis (gracias al empeño de doña Lorenza de Cardenas) y uno de los primeros centros en aplicar la radioterapia. . Durante muchos años contó con uno de los mejores quirófanos de Madrid.

Las enfermeras fueron al principio hermanas viudas de la orden franciscana seglar, más tarde se encargaron de esta labor monjas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul. Desde 1919, la enfermería estuvo a cargo de hermanas franciscanas misioneras de la Madre del Divino Pastor.

Durante la Guerra de la Independencia ayudó a los heridos de ambos bandos, a pesar del expolio que sufría por parte de los franceses. La Guerra Civil también afectó a la instiución al ser confiscados sus bienes y convertirse en Hospital Minucipal. Llegó a ser trasladado al Hotel Ritz, a Arganda y Loeches, donde se llevaron casi todos sus bienes artísticos (gracias a lo cual se salvó casi todo su patrimonio).

Tras el regreso a su sede histórica, sufrió una gran reforma en los años 50 del siglo pasado. Se abrieron consultas externas y se crearon habitaciones individuales. En 2012 se construyó el aparcamiento subterráneo en la antigua huerta del hospital, transformando la superficie del mismo en un bello jardín.

Hoy es un moderno centro sanitario privado, perteneciente a la V.O.T. Cuenta con conciertos con la mayoría de aseguradoras médicas y mantiene su vocación  de servir a los franciscanos con un hogar para la Orden.

Arquitectura y arte

El hospital es un autentico museo de pintura y escultura. Un maravilloso lugar donde a veces parece que se ha parado el tiempo.

Capilla

Se construyó entre 1693 y 1699. Sus trazas se deben al arquitecto José de Arroyo, aunque la van a concluir Felipe Sánchez y Teodoro Ardemans.

La fachada es de tres cuerpos, con pilastras cóncavas de orden gigante. Sobre la ventana se sitúa el escudo franciscano.

Junto a la entrada interior de la capilla se sitúa un lienzo con San Isidro y sus milagros más populares (siglo XVII).

El templo se desarrolla como una sola nave de salón, con crucero sin desarrollar y cúpula sobre tambor y pechinas, donde aparecen el escudo franciscano y el de la V.O.T. Separando las capillas, pilastras dóricas y, rodeando la capilla, una bella cornisa.

El retablo mayor (siglo XVIII), en madera estucada imitando mármol, es de estilo neoclásico. Es obra de Patricio Rodríguez, discípulo de Ventura Rodríguez. En la parte superior, dos bellos ángeles, obra de José Ginés. Los dos medallones representan a San Pedro y San Pablo y las esculturas, a San Francisco y San Antonio (Julián San Martín, 1762). Estas esculturas parece que fueron rescatadas por la franciscanos de la ciudad de Mequinez en Marruecos. La Inmaculada que preside el retablo es obra de Salvador Páramo López (1867). Los lienzos en cada lado representan a Santa Clara con la Eucaristía y San Antonio de Padua y el milagro de la mula.

A ambos lados del presbiterio, se sitúan dos arcángeles del siglo XVIII, obra de Porcel.

Las capillas tienen poca profundidad y se decoran con retablos barrocos del siglo XVIII.

Comenzando por el lado del Evangelio, encontramos primero una buena talla de San Isidro (siglo XVII) y el púlpito, con una pintura del Espíritu Santo en el tornavoz.

El altar de la Divina Pastora (siglo XX) se decora con un cuadro donde aparecen San Lucas y San Juan (siglo XVIII). El del Arcángel San Gabriel (autor sevillano, siglo XVII), conserva una talla de la Inmaculada (siglo XVIII). Y, al final, la Inmaculada, el magnífico cuadro de Antonio de Pereda (1657).

En el lado de la Epístola, empezando por los pies de l nave, un Cristo Crucificado en madera, obra de José López (siglo XVIII). A ambos lados del Cristo, en sendas vitrinas de carey, un Ecce Homo y una Soledad en madera de escuela granadina (siglo XVII).

El retablo de la Asunción de la Virgen, con el cuadro de Domingo Martínez (siglo XVIII) y, a continuación, el de la muerte de San José, con el curioso lienzo de Pedro Ruiz González (1700) con una iconografía poco vista donde aparece el santo en la cama rodeado de Jesús y María. Es curioso el detalle del cuadro donde aparece un ángel portando un plato con churros. Delante del cuadro, la riojana Virgen de Valvanera (siglo XVIII).

Vestíbulo y escalera

En el vestíbulo podemos ver dos muebles de la antigua farmacia, utilizados hoy como directorio. Junto a la escalera, un cuadro que representa a Íñigo López de Zárate (murió en 1669), promotor de la capilla del hospital y ministro de la V.O.T.

La escalera, de dos tramos enfrentados, se cubre con una magnífica bóveda de cañón decorada con estucos y con pinturas de Teodoro Ardemans relativas a los símbolos franciscanos y de la V.O.T. En el nicho central, una bella obra de Agustín Querol: un busto de San Francisco (siglo XIX) y, rodeando el busto: los desposorios místicos de Santa Catalina de Alejandría, la Anunciación (ambas de Juan Carreño de Miranda, 1653) y Cristo ante la mujer adúltera, de Van Dick (hacia 1623).

El Hospital de la Venerable Orden Tercera de Madrid

Frente al busto de San Francisco, un cuadro que representa a un caballero, que podría ser el ya citado López de Zárate, aunque por la composición de la pintura, el personaje y los símbolos, podría ser Juan José de Austria, hijo bastardo de Felipe IV (sigue el modelo del cuadro de Pedro de Villafranca). En la zona superior de la escalera se conserva el magnífico busto de mármol de Juan José de Austria, obra de François Christopher Dieussart (siglo XVII).

Galería del claustro bajo

El claustro se encuentra cerrado en sus dos plantas con miradores de madera. El jardín conserva una sencilla fuente de piedra en su centro.

Los cuadros que decoran el claustro bajo, de los siglos XVII y XVIII, son los siguientes. Inmaculada, Inmaculada junto a la Santísima Trinidad (Francisco Camilo, siglo XVII y con la curiosidad de que aparece Jesús como niño), Virgen con el niño, Virgen con Dios Padre (Gregorio Ferro, contemporáneo de Goya), Inmaculada, Samaritanos, Cristo despojado de la túnica, Visita de la Virgen a Santa Isabel (recuerda por la arquitectura a los cuadros de la escuela de Veronés), Inmaculada con guirnalda de ángeles (Mateo Cerezo, siglo XVIII), Crucificado, San Lorenzo (Asenjo, siglo XIX), el martirio de San Bartolomé (Siglo XVII, copia de Ribera).

Galería del claustro alto

La relación de cuadros es la siguiente: Estigmas de San Francisco, San Miguel Arcángel (Isidoro García, 1746), Cristo flagelado arrodillado ante Dios (Siglo XVII, sigue los modelos del círculo de Antonio del Castillo Saavedra), San Antonio de Padua (Luis Bonifaz, 1652), Retrato del duque de Abrantes (Eduardo Balaca, 1874), San Francisco de Asís, Virgen de la leche, San Ildefonso, Inmaculada, Virgen de las Angustias y Cristo, Expulsión a los infiernos, Estigmatización de San Francisco ante Cristo (Vocente Carducho, siglo XVII), Descendimiento, Inmaculada (siglo XVIII), San Francisco de Asís.

Antigua farmacia

Con entrada desde el claustro bajo, se utiliza en la actualidad como sala donde celebrar los consejos.

Aparece en los estucos el símbolo farmacéutico de la serpiente. El antiguo botamen es muy interesante: botes de cerámica de Limoges del siglo XVII y cerámica cilíndrica del siglo XVIII.

Se conserva una talla barroca de San Francisco, un bello tapiz (siglo XVII) y un Niño Jesús vestido con ropajes árabes que fue rescatado por los franciscanos de Alarache (Marruecos) en 1692.

La institución conserva, además, un magnífico archivo histórico.

El conjunto está protegido como BIC desde 1995.

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