Los Visigodos en Alcalá de Henares

El final del Imperio Romano supuso el comienzo de los grandes cambios que desembocarían en la llegada de pueblos del norte europeo, la conquista musulmana y la Edad Media. Los Visigodos en Alcalá de Henares formaron parte de este proceso, aunque su presencia no cambió de manera sustancial la vida de la ciudad.

Hacia el año 409, los Suevos, Alanos y Vándalos se reparten la Península Ibérica. Con la entrada de estos pueblos del norte de Europa, comenzó una etapa de cambios y asimilación de culturas que desembocará en la Alta Edad Media. El valle del Henares y,en concreto, la antigua Complutum, se vio poco afectado por la llegada de estos grupos de guerreros. Se supone que los Alanos pudieron hacer incursiones por la zona aunque lo más probable es que ésta quedara en manos de las autoridades religiosas y en las de los patronos de las villas romanas que no huyeron, representantes del auténtico poder civil, dada la ya prácticamente nula autoridad de Roma. Es en este momento cuando los habitantes de Complutum, temerosos de la violencia de estos pueblos, deciden ocultar los restos de los Santos Niños bajo la «cella martyris» o capilla que se levantó en su recuerdo en el Campo Laudabile; y allí quedaron tras la destrucción del templo, aunque sin perderse la memoria de su emplazamiento.

Asturio o Astúrico, según San Ildefonso noveno obispo toledano y uno de los primeros de Complutum, excavó en torno al 414 la zona del martirio y encuentró los restos de Justo y Pastor, trasladándolos a la iglesia de la ciudad mientras se reconstruía la capilla dedicada a los Santos Niños. El año 424 muere este obispo complutense y es enterrado junto a los Santos, permaneciendo allí sus restos hasta que, unos tres siglos después, debido a la conquista musulmana, fueron trasladados a Oviedo. En esta ciudad el obispo Asturio acabará recibiendo culto como San Asturio Serrano o San Serrano. En relación con este hecho, es interesante señalar que existe la posibilidad de que este prelado trasladara su sede episcopal al templo de los Santos Niños. Esto provocaría que, dado el importante papel que tuvieron en el mundo tardorromano las autoridades religiosas, se diera un aumento de la población en torno a la hoy iglesia Catedral Magistral.

En el año 414 se produjo la primera incursión visigoda en la península a cargo de Ataulfo. Dos años más tarde, en el 416, los visigodos llegaron a un acuerdo de federación con Roma por el que se comprometían a defender los límites del Imperio y a expulsar a los invasores Suevos, Alanos y Vándalos, aunque en realidad su último fin siempre fue el de sustituir a la antigua metrópoli en el control de Hispania. A lo largo del siglo V, el poder visigodo fue en aumento y ésto se reflejó en asentamientos militares y necrópolis a lo largo del territorio controlado.

Como en el resto de la Península, la población visigoda en Complutum tuvo que tener principalmente un doble carácter: por un lado agrícola y por otro militar o de dominio de la que todavía era una ciudad considerada como un importante nudo de comunicaciones. Los restos encontrados atestiguan estos usos y así, entre los más interesantes, tenemos los siguientes: un asentamiento militar y una necrópolis en la calle Lope de Figueroa (antiguo camino de los Afligidos), al este de la ciudad; una necrópolis aparecida cerca de la Catedral Magistral, en la calle de la Victoria; una vivienda en la calle de los Seises y, por último, la muestra de un uso muy normal entre los visigodos, como fue la reutilización de una villa romana, localizada en la zona de la Esgaravita, para uso agrícola.

En el año 589 (III Concilio de Toledo), Recaredo abandonó el arrianismo y se convirtió al catolicismo, proclamando esta religión como la oficial. Esta conversión produjo un auge en los cultos católicos y entre ellos fue muy importante el que se dio a los Santos Niños, alcanzando una gran difusión nacional a lo largo de los siglos VI, VII y VIII.  La antigua Complutum romana permaneció como sede episcopal, conservando su centro espiritual en torno al lugar del martirio de Justo y Pastor y a su alrededor, posiblemente, una parte de su población que, como veíamos por los escasos restos visigodos encontrados, siguió siendo básicamente de origen hispano-romano.

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