Sobre el derecho a pescar de Francisco Vallés
Sobre el derecho a pescar de Francisco Vallés
En el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (Registro de Ejecutorias, Caja 1338,20) se encuentra un curioso documento dedicado a un lugar de nuestra ciudad que en la actualidad corre cierto peligro como espacio natural, histórico, arqueológico y hasta sentimental: la llamada o conocida como «Finca o Isla de los García» ( 292.097 m2), denominación relativamente reciente adquirida gracias al apellido de sus últimos propietarios privados.
Actualmente es en gran parte municipal, se sitúa junto al famoso río Henares, haciendo frontera entre el río y los abusos urbanísticos del siglo XX. Espero que el Ayuntamiento, más que dedicar sus terrenos a usos terciarios (hoteles, dotaciones, empresas…), proteja este espacio histórico tan importante para mantener el ecosistema, el entorno ambiental y los recuerdos de nuestro río y de Alcalá de Henares.
A lo que iba: «Ejecutoria del pleito litigado por el doctor Valles, médico y catedrático de prima en la Facultad de Medicina, vecino de Alcalá de Henares (Madrid), con el Concejo de dicha villa, sobre su derecho a pescar en la parte del río Henares que limita con su heredad, que llaman de Serafina, al pie de la cuesta de Zulema».
Y no me dirán que no viene a cuento: pleitos entre los vecinos y el Ayuntamiento, y, en este caso, nada menos que con Francisco Vallés, el conocido médico de Felipe II y catedrático de nuestra Universidad. Un curioso rifirrafe motivado por la reivindicación de Vallés sobre su derecho a pescar en la parte del río que pasaba junto a su heredad, denominada la Serafina, situada por las actuales tierras de la Finca de los García o, en todo caso, junto al antiguo puente de origen romano y a los píes de la cuesta Zulema y del río Henares.
Por cierto, y ya que se trata de reivindicar, sería necesario proteger y comenzar a rehabilitar un importante monumento de la zona: el “Molino de la Puente del Zulema”. Puede que sea el más antiguo de Alcalá de Henares, documentada su construcción y uso antes del siglo XIV. Una joya que, debido a la desidia y a la falta de control, ha sido destruida y expoliada en parte, pero que merece la pena reivindicar para que cuanto antes se inicie su restauración y recuperación como una parte importante de nuestra memoria histórica.