Miguel Durán Salgado y la Hostería del Estudiante de Alcalá de Henares

Revisando antiguas fotos de Madrid, me encontré una de la guerra civil de 1936 en la que aparece destruido el Palacio de la Torrecilla de la calle de Alcalá. Situado junto a la antigua Real Casa de la Aduana (actual Ministerio de Hacienda, un magnífico edificio mandado construir por Carlos III y diseñado por Sabatini), lo mandó edificar Félix de Salabert y Aguirre, marqués de Torrecilla y Valdeolmos. El palacio era obra de Pedro de Ribera y repetía los motivos principales de la arquitectura del gran arquitecto, singularizando el edificio con una bella portada barroca. En el palacio se situó en el siglo XIX la Fonda de Postas Peninsulares, convirtiéndose en el popular destino de multitud de viajes que salían a distintos lugares del país.

La Guerra Civil acabó con el palacio, del que sólo se salvó parte de la fachada y su portada, elementos que fueron suficientes para que el arquitecto Miguel Durán-Loriga y Salgado valorara su importancia histórica y artística a la hora de utilizar su solar para la ampliación del Ministerio de Hacienda. Y así lo hizo en su proyecto de 1944, conservando la fachada e imitando junto a ella las proporciones del antiguo palacio en el nuevo edificio.

Miguel Durán-Loriga y Salgado nació en La Coruña en 1886 y murió en Madrid en 1950. Fue arquitecto, pero también historiador y esa circunstancia se notó en su obra. Acabó arquitectura en 1915 y pronto consiguió el puesto de arquitecto de la diócesis de Madrid, realizando obras como la escalinata de acceso a la iglesia de Santa Bárbara. Luego llegarían otros puestos importantes, como el de arquitecto de Patrimonio o conservador de la sede del Ministerio de Hacienda en 1923, llevando a cabo una magnífica restauración del edificio de Sabatini.

Miguel Durán-Loriga y Salgado y la Hostería del Estudiante de Alcalá de Henares

Su arquitectura discurrió entre el historicismo regionalista (como en el Pabellón de Galicia en la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929), el neobarroco o un cierto clasicismo.

Un arquitecto respetuoso con el pasado, buen restaurador y, posiblemente también, creador de utopías historicistas, como la que dejó plasmada en la rehabilitación de una parte del antiguo Colegio de San Jerórino o Trilingüe de Alcalá de Henares como Parador de Turismo con el nombre de Hostería del Estudiante.

La Sociedad de Condueños solicitó al Patronato Nacional de Turismo la restauración de parte del antiguo edificio universitario con la idea de integrarlo en la recién creada red de Paradores. El Patronato aceptó y se encargó la obra a Miguel Durán-Loriga y Salgado, por aquel entonces conservador del Palacio Real de Madrid. El nuevo Parador abrió sus puertas en 1929 y seguro que gustó en la época debido a la inteligente puesta en escena desarrollada por el arquitecto. Un decorado lleno de guiños al Siglo de Oro, donde se percibe la intención de llevarnos a la época de Cervantes en un ambiente acogedor y sugerente. Y para que no faltara nada, diseñó una gran chimenea, una balconada de madera, salones, una escalera… y llenó todo de muebles y objetos decorativos con el objetivo de recrear aquella época todavía de esplendor universitario.

Una buena obra de un arquitecto que en Alcalá de Henares nos dejó un ejemplo de cómo respetar el pasado sin necesidad de distorsionarlo con las novedades del presente.

Enrique M. Pérez

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