El marqués de Ibarra y la política en Alcalá de Henares
El marqués de Ibarra y la política en Alcalá de Henares.
No sé si saben que el actual Paseo de la Estación se lo debemos a un aristócrata alcalaino llamado Manuel de Ibarra y Cruz. Nació en nuestra ciudad en 1855. Estudió Derecho en Madrid y acabó dedicado en cuerpo y alma a la carrera política: diputado provincial y presidente de la Diputación de Madrid, diputado a Cortes (1898-1908) y senador vitalicio del Partido Conservador por el distrito de Alcalá de Henares (1903-1911).
El 14 de diciembre de 1898, la reina regente María Cristina de Habsburgo Lorena, en nombre del rey Alfonso XIII, le concedió, cuando era secretario del Congreso de los Diputados, el título de marqués de Ibarra.
Murió el 29 de julio de 1913 en su finca de Brihuega, llamada La Cabañuela.
Participante activo en los mentideros políticos complutenses, intervino, sobre todo desde su cargo de presidente de la Diputación de Madrid, en todo tipo de asuntos relacionados con la política, la sociedad, la economía y las infraestructuras de Alcalá de Henares y el territorio dependiente de la ciudad.
En este sentido, es curioso este ruego del marqués de Ibarra al ministro de Gobernación Manuel García Prieto (marqués de Alhucemas), relacionado con las elecciones municipales del día 12 de noviembre de 1905 en Alcalá de Henares. Un interesante ejemplo de cómo se interpretaban los enfrentamientos políticos en aquella época.
Diario de las Sesiones de Cortes. Senado. Presidencia del Excmo. Sr. D. Amos Salvador (Vicepresidente). Sesión del martes 14 de noviembre de 1905.
«El Sr. VICEPRESIDENTE (Salvador): Entonces, el Sr. Marqués de lbarra tiene la palabra.
El Sr. Marqués de Ibarra: Deseaba dirigir un ruego al Sr. Ministro de la Gobernación, pero como quiera que deberes de su cargo le retienen en la otra Cámara, yo agradecería a la Mesa que tuviera la bondad de poner es su conocimiento las observaciones que le voy a dirigir.
En el día de anteayer se celebraron, como en toda España, las elecciones municipales en Alcalá de Henares, y desearía yo saber si el Sr. Ministro de la Gobernación tiene conocimiento de lo que allí ha sucedido, porque si no, yo tendría mucho gusto en
que lo supiera por mi modesta persona.
Sospecho que no tiene noticia de ello, porque los hechos acaecidos allí revisten tal gravedad y tal importancia que por lo mismo es muy posible que no hayan sido comunicados a las autoridades, puesto que el causante de ellos es precisamente el representante del Poder público en aquella población, el alcalde nombrado recientemente por el Gobierno, y como autor de los sucesos, seguramente no se habrá apresurado a ponerlos en conocimiento de la autoridad gubernativa.
Este ilustre alcalde de Alcalá, nombrado por el Gobierno actual, que por cierto es el único concejal que resulta deudor a los fondos municipales, es un demócrata a la moderna, y como la mayoría de estos nuevos demócratas, reclutado entre los descendientes de los antiguos defensores del pretendiente Carlos V, ha recordado todos los antecedentes de sus antepasados, para venir, ayudado ahora por esta democracia, a poner en práctica todos aquellos ímpetus del verdadero absolutismo; y los ha recordado en las elecciones de Alcalá de Henares en el día de anteayer, dejando de cumplir la ley, no presidiendo la Mesa como le correspondía, según dispone absolutamente el decreto de adaptación de la ley Electoral, y encarcelando, no solo a algún candidato, sino a electores muy importantes de la población, teniéndolos presos hasta después de terminada la elección e incomunicados come si fueran verdaderos criminales y forajidos. Y yo pregunto: el Gobierno de S.M., ¿está dispuesto, una vez que tiene conocimiento de estos hechos, a no entablar la acción que sea precisa para que la vindicta pública tenga la satisfacción que debe tener? Este es el ruego o pregunta que yo dirijo al Sr. Ministro de la Gobernación.
EL Sr. VICEPRESIDENTE (Salvador): La Mesa por su parte transmitirá el ruego de S.S. al Sr. Ministro de la Gobernación».