El antiguo aeropuerto de Alcalá de Henares

Puede parecer mucho tiempo, pero no hace tanto de 1965, ni de aquellas películas con un toque entre costumbrista y exótico que retrataban una España que parecía fabricada en el NO-DO. En tres películas, «Un paso al frente» (1960), «¡Ahí va otro recluta!» (1960) y «La trinca del aire», (1951) apareció el protagonista de nuestra historia y, hablando del NO-DO, también apareció en al menos tres ocasiones en el noticiero más famoso de todo una época de nuestra historia.

Y es que nuestro protagonista tuvo su importancia y convirtió a Alcalá de Henares en una de las cunas de la aviación española. Se trata del Aeródromo Barberán y Collar, el antiguo campo de aviación complutense que estuvo operativo entre 1936 y 1965.

Pero su historia, o mejor dicho, la historia de Alcalá de Henares en lo que se refiere al mundo de la aviación, comenzó unos cuantos años antes. En 1913 se inauguró el aeródromo del Ejército de Tierra y de la Armada (todavía no existía el del Aire) en el Campo del Ángel, y hay que reconocer que no se parecía mucho a un aeropuerto tal y como lo entendemos hoy: una explanada allanada de unos 600 por 700 metros cercana al antiguo convento de Gilitos y a la carrera de Daganzo (más o menos ocupando lo que hoy es la calle Torrelaguana). Los avances en el mundo de la aviación hicieron que el aeródromo se quedara pequeño, por lo que se clausuró en 1934. Pero su clausura fue sólo por motivos técnicos, porque poco después, en 1936, se inauguró en Alcalá de Henasres uno nuevo, que se dedicó  a dos pioneros de la aviación española: Mariano Barberán y Joaquín Collar (formado este último como piloto en el Capo del Ángel).

El nuevo aeropueto, construido en unos terrenos agrícolas al noroeste de la ciudad,  se constituyó como la base principal de la 1ª Región Aérea, que incluía las provincias de Madrid, Cuenca, Guadalajara y Toledo.

Durante la Guerra Civil de 1936, el aeropuerto se puso en manos de la aviación soviética, convirtiéndose en una de las infraestructuras bélicas más importante del gobierno de la República.

Finalizada la Guerra Civil, se creó el Ministerio del Aire, que eligió a Alcalá de Henares para crear la primera Academia General del Aire. La academia, los hangares, la torre de control… todo parecía ir bien hasta que se tomó la decisión de ubicar la academia en San Javier (Murcia) en 1943. Tres años después, en 1946, se fundó la 1ª Bandera de la Legión de Tropas de Aviación con sede en la ciudad, cuerpo del ejército que acabaría integrándose en la BRIPAC (Brigada Paracaidista del Ejército) a partir de 1954.

Se cerró en 1965, posiblemente por la cercanía de dos aeropuertos mucho más grandes y mejor dotados: el de Barajas y el de Torrejón de Ardoz. En 1968 fue entregado al Ministerio de Educación para su uso con fines educativos.

Tras la recuperación de la Universidad de Alcalá de Henares en 1977, se tomó la decisión de convertir los terrenos del antiguo aeropuerto en campus universitario, albergando en la actualidad al Hospital Universitario Príncipe de Asturias y a facultades como la de Biología, Matemáticas, Medicina, Farmacia o el Politécnico.

El antiguo aeropuerto de Alcalá de Henares

Los primitivos edificios conservados, obra de Esteban Terradas, tienen hoy carácter universitario, como el que iba a albergar la Academia, la torre de control (servicios informáticos de la Universidad), la antigua capilla militar de la Virgen de Loreto y el hangar lineal, magnífico ejemplo de arquitectura racionalista que en la actualidad se encuentra sin uso y en estado de abandono.

 

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