Colegio Menor de Santa Catalina Mártir o de los Verdes
Al Colegio Menor de Santa Catalina Mártir le vino el popular nombre de «los Verdes» de la vestimenta de sus colegiales. Fue fundado, en la década de 1580 a 1590, por Catalina Suárez de Mendoza y Cisneros, hija del tercer conde de Coruña y sobrina nieta del Cardenal Cisneros. En él residían 16 becados durante 8 años y estudiaban 4 de ellos Teología y los otros 12 Cánones.
El edificio, al final de la calle Libreros, se construyó a lo largo del siglo XVII y era de tres alturas con ventanas enrejadas. La portada original, que hoy se conserva en el interior del patio, aunque muy transformada, luce un escudo de los sucesores de la fundadora. También en el patio podemos contemplar un escudo de Cisneros del que no se conoce su procedencia.
Llegó a ser uno de los colegios más importantes de la Universidad, contando con substanciosos medios económicos. Posiblemente, ésta fue la razón por la que acabó absorbiendo a varios colegios que no pudieron continuar con su labor debido a la falta de recursos. Esto ocurrió, sobre todo, a partir de la reforma del rector de la Universidad García de Medrano, que ya en 1663 añadió a este colegio el de los Santos Justo y Pastor.
En 1843 fue suprimido, vendiéndose un año antes parte de su importante biblioteca. A partir de 1850, fue destinado a casa de vecinos y de labor. Numerosas han sido las transformaciones desde entonces, aunque aún hoy podemos contemplar parte de su capilla, que conserva una esbelta cúpula sobre pechinas adornadas con escudos de una rama de los Mendoza.
En 1986, se decidió restaurar la iglesia y transformarla en restaurante. Se encargó del proyecto el arquitecto J. C. Cascales Dáder. Las obras se realizaron entre los años 1988 y 1991, convirtiéndose en una interesante muestra de reutilización del patrimonio arquitectónico alcalaíno.