Bernardo de Sandoval y Rojas
La principal relación de Bernardo de Sandoval y Rojas con Alcalá de Henares tiene que ver con una necesidad, no sólo de belleza, si no de mostrar a través de un edificio la importancia y el poder de la casa nobiliaria a la que pertenecía: los Lerma. Se trata del monasterio de San Bernardo para monjas cistercienses, una obra maestra de la arquitectura barroca española, obra de Juan Gómez de Mora, fundada por Bernando de Sandoval y Rojas en 1513 como arzobispo de Toledo.
En Alcalá de Henares amplió el palacio Arzobispal, modificando algunas partes del edificio, como la construcción de una torre barroca en el denominado torreón de Tenorio.
Además, en 1606 consiguió que los restos del mártir San Félix de Alcalá fueran trasladados desde Carrión de los Condes a Alcalá de Henares. Desde entonces se veneran en su Catedral-Magistral.
Bernardo de Sandoval y Rojas nació en Aranda de Duero en 1546, un año antes de que naciera Miguel de Cervantes en Alcalá de Henraes. El puesto de su padre (Hernando de Rojas y Sandoval) como servidor de la monarquía obligó a la familia a vivir en diferentes lugares del reino. Y así siguió su vida, en cierta forma nómada, eso sí, acumulando importantes cargos prebendas. Estudió en la Universidad de Alcalá de Henares, teniendo como maestro a Ambrosio de Morales,
Gracias al duque de Lerma, Bernaldo comenzó a conseguir títulos nobiliarios y cargos eclesiástico: marqués de Denia, obispo de Ciudad Rodrigo, de Pamplona, de Jaén y cardenal arzobispo de Toledo (1599). además fue Consejero de Estado e Inquisidor General.
Murió en Madrid (1618) y fue enterrado en la Catedral de Toledo (en la capilla del Sagrario). Su epitafio dice: Sine jactancia, pius; sine superbia nobilis; sine invidia, princeps; sine asperitate, constans (Sin jactancia, devoto; sin soberbia, noble; sin envidia, príncipe; sin aspereza, constante).
