Sobre una escultura a Rafael A. Bordalo Pinheiro, Caldas da Rainha
Me envía un amigo un curioso artículo en torno a la inauguración de un grupo escultórico en Caldas da Rainha (población portuguesa perteneciente a la comunidad intermunicipal de Oeste, región Centro, con unos de 31.000 habitantes). Esta bonita población, cercana a lugares de gran atractivo turístico como Foz do Arelho, es famosa por su tradición termal, por su explotaciones frutales y por su cerámica.
El 19 de junio de 2021, se inauguró en la Rua Almirante Cándido Reis, una calle peatonal que lleva a la Praça da Fruta, un grupo escultórico dedicado a Rafael Augusto Bordalo Pinheiro. Cuando se observa la fotografía de la escultura inaugurada es fácil establecer una relación entre esta obra y una que se ha hecho muy famosa en Alcalá de Henares. Me estoy refiriendo al grupo escultórico de Don Quijote y Sancho, obra de Pedro Requejo, inaugurado en 2005.
Desde luego que no son los únicos ejemplos de esta manera de incorporar la escultura a los ambientes urbanos. Una forma de expresión y creación artística en la que los personajes dan la sensación de estar congelados en un instante de tiempo que parecen querer compartir con los espectadores. Es cierto que esta manera de entender el arte urbano se ha pòpularizado, pero lo curioso es que en Caldas da Rainha la influencia viene a través de Alcalá de Henares.
Según confesó el alcalde de la localidad portuguesa, la idea de hacer la escultura nació después de conocer el grupo escultórico de Don Quijote y Sancho, situado en la calle Mayor de Alcalá de Henares ante el Museo Casa Natal de Cervantes . Puede que la relación no sea mucha, pero está muy bien que nuestra ciudad sea cuna de ideas que tengan que ver con homenajear a los grandes creadores.
El autor de la obra, también en bronce como la alcalaína, es Antonio Antunes. En el grupo escultórico aparece Bordalo Pinheiro sentado y detrás de él uno de sus personajes más famosos, Zé Povinho. Por si tienen interés, este polifacético artista portugués de finales del siglo XIX fue ilustrador, ceramista, decorador, cartelista, acuarelista, profesor, periodista y caricaturista…Como periodista, utilizó la caricatura política y social como medio de crítica y se convirtió en uno de los revulsivos a la hora desmontar los tópicos de la sociedad de su época. Lo consiguió expresando la distorsión, la deformación, la lucha contra el conformismo. Su personaje más famoso, el Zé Povinho, se convirtió en un auténtico símbolo de la sociedad portuguesa, enfadada con la élites políticas y sociales del país pero incapaz de revelarse y acabar con las situaciones de injusticia.
Un homenaje en ambos casos a grandes creadores que simbolizan la lucha, a través de la crítica y la renovación, contra las diferentes formas de degradación e injusticia social.
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