La Patria de Cervantes, la Ilustración de Madrid, 1871
La Patria de Cervantes, la Ilustración de Madrid, 1871
En el número 38 de la revista La Ilustración de Madrid, del 30 de julio de 1871 (año II), aparece un interesante artículo en defensa Alcalá de Henares como la patria de Cervantes. En aquel momento de recuperación y orgullo en torno al gran escritor, ya no cabía duda de que la ciudad complutense había sido su lugar de nacimiento, aunque todavía tendrían que llegar los grandes investigadores del siglo XX para dar un completo rigor científico a tal afirmación.
Benigno García Archuelo, alcalde de Alcalá de Henares en 1875 y comprometido con la divulgación del pasado de la ciudad, firmó el artículo, en el que transcribe la partida de bautismo del escritor. Además, se acompañó con un bello dibujo de la pila de bautismo situada en la antigua parroquia de Santa María la Mayor.
La Ilustración de Madrid fue una revista ilustrada, que se publicó entre 1870 y 1871. Fue dirigida por el periodista Eduardo Gasset y tuvo entre sus más famosos colaboradores a los hermanos Bécquer: Valeriano y Gustavo Adolfo.
Aquí les dejo el artículo de Benigno García Archuelo:
«Patria de Cervantes
Pila en que fue bautizado en Alcalá de Henares
Tanta es la celebridad que enaltece al nombre’ de Miguel de Cervantes en la república de las letras, que cuanto se escribe acerca de este insigne ingenio no puede menos de ser leído con cierto interés, por más que á veces carezca de novedad y mérito. Esta consideración nos anima á consignar algunas observaciones relativas á la verdadera patria de Miguelde Cervantes Saavedra, autor del Don Quijote, al presentar á los lectores de La Ilustración el dibujo copia exacta de la pila en que fué bautizado el príncipe de los ingenios españoles, tal como hoy se halla colocada dicha pila en la iglesia parroquial de Santa María la mayor de Alcalá de Henares.
Se nos preguntará, tal vez, ¿consta indudablemente cuál sea la verdadera patria de Cervantes? ¿Lo es Madrid, Sevilla, Toledo, Lucelia, Esquivias; Consuegra ó Alcázar de San Juan, pueblos que disputaron á Alcalá de Henares esta singular gloria, especialmente el de
Alcázar, que aún no ha desistido de su noble empeño?
Sin vacilar contestaremos que debatida esta cuestión y resuelta ya en favor de Alcalá por la autorizada opinión de eminentes y doctos críticos que en el siglo anterior dedicaron sus afanosas investigaciones á esclarecerla, y confirmada con los que en el presente han escrito biografías de Migue de Cervantes, designando en ellas á Alcalá como su verdadera patria, cuenta ya esta esclarecida ciudad con un fallo solemne y respetable que ejecutoría la cuestión.
Cierto es que ni el juicio imparcial y respetable de hombres doctísimos y de severa crítica, ni las cumplidas observaciones con que personas ilustradas han combatido hasta el día las aspiraciones de Alcázar de San Juan, la han hecho desistir de su empeñada contienda con Alcalá, siendo de esto una prueba evidente los artículos comunicados que en La Iberia y otros periódicos aparecieron en el año de 1858; mas ¿quién puede poner un dique á los arranques del entusiasmo, cuando tienen por noble origen al amor patrio? ¿ Quién extrañará que Alcázar de San Juan, a pesar de tener perdida su causa, trate siempre de sostenerla con empeño?
Los estrechos límites de este artículo no nos permiten ocuparnos de cuanto se ha dicho por los partidarios de Alcázar en sus últimos escritos, y como además en ellos nada nuevo aparezca que no haya sido ya expuesto y justamente desestimado por el recto criterio de escritores doctos y competentes en el asunto, escusado es que nos ocupemos más de él: diremos, no obstante, en prueba de ello que la alegación de Alcázar es siempre una misma; su poderoso argumento no es otro que el que surge de la circunstancia de hallarse en la partida del Miguel que nació en dicha villa, el apellido de Cervantes Saavedra, siendo así que en la partida del Miguel que nació en Alcalá sólo aparece el de Cervantes, deduciendo de este hecho que aquel es el verdadero autor del Quijote y no este último.
Rebatido se halla ya este argumento por los escritores en la atendible observación de que en la época de Cervantes era común el adoptar apellidos que no eran los de verdadera filiación é inmediato origen, y así lo observamos efectivamente en el mismo Cervantes, cuando al hacer referencia á hechos de su propia vida en la inmortal obra del Quijote se
designa y llama tal de Saavedra , notándose igual particularidad respecto á su hija, á quien se designa con el nombre y apellido de Isabel Saavedra, y no con el de Cervantes, que natural y lógicamente la correspondía.
No es, pues, dudoso que en el uso de los apellidos no había gran rigorismo, y que por consiguiente cuantas deducciones se saquen de su consecuencia ó falta para determinar la identidad de una persona, no son datos de gran autoridad. Dejemos, pues, una cuestión que ciertamente no debió serlo desde el momento en que aparecieron en los libros parroquiales de Alcalá de Henares las partidas de nacimiento de Miguel, hijo de Rodrigo de Cervantes y de doña Leonor de Cortinas, su mujer, y la de los hermanos de aquel, Andrea, Andrés y Luisa, pues sin cerrar los ojos á la luz y sin desconocer obstinadamente el mérito y autoridad de auténticos y fehacientes documentos, sin dejarse arrastrar de su tenaz empeño de oposición, siquiera reconozca un noble origen, no puede menos de concederse y dar por sentado que el Miguel bautizado en Alcalá de Henares en 9 de octubre de 1547, es el valeroso soldado de Lepanto cuyo arrojo y bizarría trata de ejecutoriar su padre Rodrigo de Cervantes, por medio de la información pedida en Madrid ante un alcalde en 1573; que es el mismo ilustre cautivo para cuyo rescate allegaban en Madrid su madre y hermana doña Leonor de Cortinas y doña Andrea de Cervantes los recursos que les permitía su orfandad y pobre situación.
Los nombres, la edad, las circunstancias de estado y filiación de todas estas personas que se mencionan en las partidas de Alcalá, de todo punto conformes con las que resultan de documentos traídos á la vida de Cervantes y en que aparecen como padres y hermanos respectivos del mismo las personas referidas, dejan fuera de toda duda la cuestión ya resuelta á favor de Alcalá respecto á la patria de Cervantes. Si aún hubiese duda, él mismo la resuelve en su pedimento presentado en Argel pidiendo información acerca de sus hechos, en el cual terminantemente dice que era natural de Alcalá de Henares en Castilla.
Aunque publicada ya con repetición la copia de la partida de bautismo de Miguel Cervantes, la presentamos á continuación tal como se halla en su original, que existe en el libro primero de bautismos de la parroquia de Santa María de Alcalá de Henares. Dice:
«Año de 1547
Endomingo nueve dias del mes de octubre, año del
Señor de mil é quinientos é cuarenta é siete años, fué
baptizado Miguel, hijo de Rodrigo de Cervantes é su
mujer doña Leonor, fueron sus compadres Juan Pardo,
baptizóle el Reverendo Señor Bachiller Serrano cura de
Nuestra Señora, testigos Baltasar Vázquez Sacristán, é
yo que le bapticé é firmé de mi nombre.— Bachiller
Serrano».
El libro empergaminado en que se halla este documento, de inestimable aprecio para Alcalá, se halla hoy colocado dentro de una lindísima caja adornada con los
escudos de armas de la ciudad y de la parroquia á quien la regaló en 1859 el diputado á Cortes por su distrito Sr. D. Román Goicoerrotea.
El dibujo fiel y exacto que presentamos de la pila en que fué bautizado Miguel de Cervantes nos dispensa de hacer una descripción detallada de este monumento de gloria para Alcalá. Su forma sencilla y común nada ofrece de notable, y tanto por la escasa luz que tiene la
pequeña capilla en que está colocada la pila, como por la clase de piedra de la misma, que parece ser de las canteras de la localidad, y en la que el continuo uso ha gastado ya, en parte, el gracioso dibujo que aquella tiene en la parte exterior, no ofrece este baptisterio el buen efecto que seria de desear.
No terminaremos este artículo sin manifestar que la pila en que fué bautizado Miguel de Cervantes no se halla hoy en el sitio en que debió tener lugar este acto,
por haber sufrido la iglesia de Santa María notables variaciones en lo material del templo desde su fundación. Remóntase ésta, según el historiador Portilla, hacia el año de 1250,- pues en él se hace ya mención de su arcipreste. En aquella época y hasta el año de 1449 se halló dicha parroquia más hacia la parte de Oriente de
la población, en el sitio en que se fundó por entonces el
convento de Franciscos Observantes, llamado vulgarmente de San Diego, trasladándose la parroquia con tal motivo al sitio que hoy ocupa, y era á la sazón ermita
llamada de San Juan de los Caballeros. Hiciéronse en ella hasta el año de 1550 suntuosas capillas, y enterramientos, á juzgar por los restos que aún se conservan, y en una de aquellas inmediata á lo que hoy es sacristía, estuvo colocado el baptisterio, correspondiendo á este período el bautismo de Cervantes. Al hacerse la nueva obra de la actual capilla mayor demoliéronse algunas de las antiguas capillas y parte de otras, trasladándose definitivamente la pila bautismal al sitio que hoy ocupa.
El viajero que al visitar la ciudad de Alcalá de Henares, la antigua Compluto, pueblo de tantas glorias, busque con afán el monumento que recuerde la más envidiada de todas, la de haber sido cuna de Cervantes, no hallará más que una sencilla lápida en el sitio que la
tradición designa como la casa donde nació aquel eminente ingenio, pobre y mezquina página para la memoria de un hombre que llenó con su ingenio de gloria á España, de admiración al mundo».
Benigno García Archuelo.