Félix Yuste Peinado, un pintor de Alcalá de Henares
Valentín Yuste, zapatero de profesión, y Luciana Peinado fueron los padres de un notable pintor nacido en Alcalá de Henares el 29 de julio de 1866: Félix Yuste Peinado. Fue bautizado en la iglesia Magistral y seguro que pasó los primeros años de su vida admirando los espléndidos y, en muchos casos abandonados, monumentos de nuestra antigua ciudad universitaria. Un alcalaíno que merecería un recuerdo en la calle de San Felipe, donde vivió y murió en 1950.
Su inteligencia y su vocación hacia el arte fue patente desde muy joven. Por ello, su familia le envió a estudiar al centro de la Congregación Mariana de los Luises de Madrid. Destacó por sus capacidades artísticas, por lo que, tras superar en 1884 las pruebas de acceso, ingresó en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de la Real Academia de San Fernando de la capital. Allí fue discípulo de Manuel Domínguez, pintor clasicista de la denominada Escuela de Roma. Sus estudios en este importante centro formativo se prolongaron hasta 1889.
En 1890 participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes con un óleo de estilo costumbrista titulado «Lavanderas de mi tierra». En 1891, participó en la Primera Exposición General de Bellas Artes de Barcelona con una «Marina». Posiblemente esta era una de las maneras más eficaces de hacerse conocer, participando también en las convocadas en Madrid en 1892 (con «Macero del Ayuntamiento de Alcalá de Henares» y «La procesión de las Santas Formas», este último donado por el autor en 1893 al Ayuntamiento de Alcalá de Henares), 1895 («Estudio al aire libre», y «La vuelta al hogar», consiguiendo una mención honorífica») y 1899 («Entrada a la Santa Iglesia Magistral de San Justo y Pastor de Alcalá de Henares»).
Félix Yuste compaginó, además, su vocación pictórica con la dedicación al periodismo y la enseñanza. Fue redactor (1904) y director (1914 a 1931) de El Amigo del Pueblo (periódico católico con difusión en Alcalá de Henares, Guadalajara, Madrid, Toledo y Sigüenza). Entre 1908 y 1910 fue el corresponsal en Alcalá de Henares del diario católico madrileño El Universo.
En 1911, se casó con Amalia Fernández en la Iglesia Magistral (tuvo un hijo en 1917 llamado Nicolás, que falleció durante la Guerra Civil). El mismo año, fundó en Alcalá una Escuela de Artes e Industrias como parte del Centro Católico de Acción Social Popular. Su objetivo fue que “las clases sociales y obreras encontraran en ella todas las materias y asignaturas que se hallan ligadas a las artes, industrias y oficios”. En la escuela impartió durante 20 años clases de pintura y dibujo. Además, en 1912 fue nombrado vocal artístico de la Sociedad de Condueños de los Edificios que fueron Universidad.
El mundo del arte a finales del siglo XIX y principios del XX era una pura revolución, incorporando nuevas tendencias y formas de sentir e interpretar la pintura. Félix Yuste intentó familiarizarse con las nuevas técnicas pictóricas y, ya en su ciudad natal, trabajó en distintos encargos donde plasmó su estilo artístico.
Quizá el más importante fue el encargo en 1901 del presidente del Círculo de Contribuyentes (Plaza de Cervantes), Félix Huerta y Huerta, para el salón principal (Salón de Tapices) de la institución: diez lienzos en gran formato sobre temática alcalaína que imitan tapices. Alegorías de su ciudad en las que se percibe su formación historicista, aunque su manera de interpretar el paisaje, las formas, es más cálida, más colorista, con pinceladas sueltas que a veces se acercan al impresionismo y a una concepción de la luz y el color propia del Romanticismo. Parece expresar un costumbrismo romántico y nostálgico que, en cierta forma, le acerca a la modernidad.
En 1903, el Ayuntamiento de Alcalá de Henares le encargó un retrato de Alfonso XIII con motivo de su coronación (para el Salón de Plenos). En 1905, con motivo de la conmemoración del III Centenario de la publicación de la primera parte de El Quijote, diseñó diferentes decorados para adornar varios lugares de la ciudad. De 1911 es una obra importante: la techumbre del Teatro Cervantes (Corral de Comedias de Alcalá de Henares). Para el antiguo teatro proyectó un gran lienzo rodeado con una guirnalda.
Además, ilustró diversas publicaciones y diseñó la cabecera del semanario El Heraldo de Alcalá. Formó parte del equipo encargado de la restauración de la iglesia Magistral dirigido por el arquitecto Luis María Cabello Lapiedra: restauró tallas, cuadros y decoró altares. Pintó también el retablo principal de la iglesia del convento de dominicas de Santa Catalina de Siena.
Participó también de la vida política de la ciudad, siendo concejal del Ayuntamiento durante la dictadura de Primo de Rivera (entre 1924 y 1930). La Guerra Civil hizo que se alejara de la política y de la vida artística. En torno a 1947, retomó su actividad pictórica y realizó sus últimas obras. Enfermo de la vista y sin poder pintar, murió en su casa de la calle de San Felipe número 3 el 24 de junio de 1950. Fue enterrado en el Cementerio Municipal.
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