Rodrigo de Cervantes, hermano y compañero de aventuras de Miguel
Rodrigo de Cervantes, hermano y compañero de aventuras de Miguel
A lo largo de aquella jornada Rodrigo se sintió un héroe. Una de aquellas ocasiones que, como en Lepanto, jamás vieron los siglos. Luis Astrana Marín , el gran biógrafo de Miguel de Cervantes, nos habla de la crónica de Mosquera de Figueroa, titulada «Comentario de la jornada de las islas de las Azores», donde se da cuenta de un acontecimiento bélico que pareció reafirmar la autoridad de Felipe II como rey de Portugal. En esta obra, cuando se hace referencia a la conquista de la isla Tercera el 26 de julio de 1583, Mosquera hace referencia a un soldado llamado Rodrigo de Cervantes: llegaron brevemente las barcas a tierra, donde saltaron los españoles con grande esfuerzo entre aquellas lajas a los lados de los fuertes: algunos ponían el pie seguro en una piedra para escaparse de la resaca, que era grande: otros que no podían esperar esta coyuntura se abalanzaban y se sumergían, de suerte que el agua les cubría hasta la cinta, y con la resaca quedaban luego exentos para salir. Echose al agua animosamente con su bandera, por haber encallado la barca, Francisco de la Rua, alférez de D. Francisco Bobadilla, y tras él el capitán Luis de Guevara y Rodrigo de Cervantes, a quien después aventajó el marqués; y así muchos salieron de las barcas mojados, corriendo agua salada de entre las ropas y las armas
A los órdenes de don Álvaro de Bazán, la primera batalla naval desarrollada en mar abierto, contó también con un Cervantes como héroe. El triunfo de la armada española acabó con las tropas francesas y con la resistencia de los nobles portugueses que no reconocían a Felipe II como rey.
¿Un héroe, un militar profesional o simplemente el hermano pequeño de Miguel de Cervantes? Desde el punto de vista de la memoria histórica, no es fácil ser el hermano pequeño del autor de El Quijote. Sombras, muchas sombras, ante una vida puede que apasionante, pero que de manera aplastante ha quedado oscurecida y condicionada por la de su hermano Miguel. Y la verdad es que ambos se tuvieron un gran cariño, orgullosos los dos de su vocación militar.
El hermano de Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1550 y murió en 1660, en la primera batalla de las Dunas, una de las muchas que hirieron a Europa durante la Guerra de los Ochenta Años o de Flandés, que finalizó con la independencia de los Países Bajos.
El deseo de vivir aventuras, el orgullo, la necesidad de romper los barrotes de un futuro que parecía llevarles a una irremediable derrota personal, posiblemente hizo que los hermanos Miguel y Rodrigo buscaran remedio en un mundo militar hispano lleno de leyendas y de ocasiones épicas. Ambos participaron en la batalla de Lepanto (1571) a las órdenes del capitán Diego de Urbina y ambos también fueron cautivos en Argel.
Un cariño que llevó incluso a Miguel a renunciar a su rescate a cambio de la libertad de su hermano Rodrigo, aunque todo se torció debido a las desventuras propias de aquel inestable mundo de contrabandistas y piratas que asolaban el Mediterráneo.
Un hombre fuerte, valeroso, orgulloso, que llegó al cargo de alférez. Ya muerto, su familia se acordó de él cuando sus hermanas Andrea y Magdalena reclamaron ante notario que les fueran entregadas las retribuciones atrasadas que se debían a su hermano Rodrigo. Y es que, con toda la lógica de la época y de aquella sociedad, aparte del cariño estaba la necesidad de sobrevivir.