Baldaquino, Bernardas de Alcalá de Henares
Baldaquino, Bernardas de Alcalá de Henares
En lugar de retablo, la iglesia del monasterio de San Bernardo de Alcalá de Henares contiene un baldaquino o retablo exento a cuatro faces, o lo que es lo mismo, dispuesto para oficiar cuatro misas simultáneamente. Obra del hermano Francisco Bautista (hacia 1623), e inspirado en el túmulo funerario de Margarita de Austria diseñado por el Greco, está realizado en madera policromada y sobredorada. Con esta obra, introdujo en España el tipo de retablo exento o baldaquino, novedad arquitectónica que se adaptaba perfectamente a la planta ovalada de tipo vignolesco diseñada por Juan Gómez de Mora para la iglesia.
Destacan las tallas de los cuatro Evangelistas, obras relacionadas con los talleres de Antonio de Morales o de Giraldo de Merlo y la de los santos advocadores de la orden cisterciense. La predela se decora con pinturas con la vida de San Bernardo.
En el centro del baldaquino, podemos ver un bello tabernáculo interior o modo de gran custodia. Tanto baldaquino como tabernáculo se cubren con cúpulas elípticas, como si quisieran ser maquetas del propio templo. Detrás del baldaquino tenemos las dos rejas del coro, alto y bajo, que nos separan ya de la clausura.
En cuanto a Francisco Bautista, la actividad de este gran arquitecto jesuita comenzó en Alcalá de Henares hacia 1622 con el trabajo como escultor y carpintero en la Iglesia del Colegio Máximo de la Compañía de Jesús. A él se debe el retablo mayor del templo. Como arquitecto, sobresale por la obra de la iglesia del Colegio Imperial de Madrid. En 1633, a la muerte del también jesuita Pedro Sánchez, se hizo cargo de la construcción. Se considera que fue el arquitecto que empleó por primera vez en España una cúpula encamonada para cubrir el crucero.