Los orígenes del turismo en Alcalá de Henares, 1935
Los orígenes del turismo en Alcalá de Henares, 1935. Excursión a Alcalá de Henares en el Noticiero-Guía de Madrid, 1935
«Alcalá de Henares es de esas ciudades donde el aficionado a revivir imaginativamente las edades pasadas encuentra permanentes estímulos para que la fantasía forje el panorama de una época tan curiosa como admirable. Sobre todo la calle Libreros, que conserva el carácter y el sabor tradicional, evoca los días gloriosos de la Universidad y parece que añora aquella estudiantina pícara y docta, tumultuosa y alegre que, de manera tan fastuosa, celebraba en aquella misma calle la graduación de sus cofrades.
La vieja Cómpluto, a quien menciona Plinio como ciudad romana, sufrió también la dominación musulmana, recibiendo entonces el nombre de Al-kalá en Nahr, que aun conserva después de castellanizado. Fue conquistada por los Reyes cristianos en 1114.
En Alcalá nació Catalina de Aragón, primera mujer de Enrique VIII de Inglaterra; el Infante don Fernando, hermano del Emperador Carlos V, y don Antonio de Solís, historiador de la conquista de Méjico. Allí se reunieron alguna vez las Cortes de Castilla, y en esta ciudad se imprimió, de 1514 a 1517, por iniciativa del cardenal Jiménez de Cisneros, la célebre Biblia Complutense, en los idiomas hebreo, caldeo, griego y latino, siendo esta la primera edición políglota que se conoce.
Pero no es todo esto, con ser ya mucho , lo que hace a Alcalá ciudad verdaderamente ilustre. Su mayor timbre de gloria consiste en haber sido patria de Miguel de Cervantes Saavedra, autor inmortal de Don Quijote de la Mancha. En la iglesia de Santa María, reconstruida en 1550, se conserva la pila donde fue bautizado Cervantes el 9 de octubre de 1547.
Cervantes tiene una estatua en la plaza Mayor o plaza de la Constitución. Al Suroeste de dicha plaza se encuentra el palacio de los arzobispos de Toledo, convertido hoy en Archivo general del Estado. Es un vasto edificio construido por Covarrubias y restaurado después de un incendio por don Pedro Tenorio, tutor y regente de Enrique III a fines de! siglo XIV .
Son de admirar en él la artística fachada del siglo XVI , el patio monumental, la escalera, cuyos peldaños están labrados de una sola pieza, y el salón de Concilios, en el que se supone que se reunieron las Cortes de 1348.
Al Este de la citada plaza está la Universidad, y al Sur, la iglesia de Santa María.
La primera se edificó en 1508 por disposición del cardenal Cisneros, siendo notable la fachada; el patio, en el que se alza una estatua del fundador, y el Paraninfo, en el que tantos genios, Quevedo entre ellos, hicieron la prueba de sus estudios. Para dar idea de la importancia que tuvo la Universidad, basta consignar que hubo época en que frecuentaban sus aulas hasta 12.000 estudiantes. Fue trasladada a Madrid en 1836.
La iglesia magistral que se alza en la plaza de los Santos Niños fue construida a fines del siglo XV por Pedro Gumiel y es una bella reducción de la catedral de Toledo, con portada de estilo isabelino. En su interior encierra cosas de gran mérito artístico y sobre todas ellas el sepulcro del cardenal Cisneros, proyectado por Fanceíli y ejecutado por Bartolomé Ordoñez con la colaboración de varios escultores italianos; es notabilísima la verja de bronce que rodea el sepulcro, obra maestra de los Vergara.
Alcalá de Henares cuenta hoy 13.000 habitantes y ofrece al visitante, además de los monumentos y recuerdos que quedan mencionados, una hidalga hospitalidad, en la que el observador advierte la distinción propia de una ciudad que fue en la antigüedad uno de los principales focos de cultura que hubo en España.
Junto al Paraninfo de la Universidad se encuentra la «hostería del estudiante” que evoca los antiguos mesones castellanos y es muy visitada por los turistas.»