La puerta medieval norte o de Burgos, muralla de Alcalá de Henares

La puerta medieval norte o de Burgos, muralla de Alcalá de Henares

Una puerta de la muralla medieval de Alcalá de Henares, gótica, de aparejo de ladrillo, piedra y tapial, famosa a su pesar, sobre todo por un hecho trágico que la convirtió en espectadora de la muerte de un rey de Castilla. Situada junto al gran símbolo del poder arzobispal toledano en Alcalá de Heranes, el palacio empezado a edificar en tiempos de Jiménez de Rada, la puerta norte de la muralla se conformaba con ver entrar y salir a comerciantes, religiosos, políticos, nobles, agricultores, reyes…  Fue un 9 de octubre de 1390, ese día el rey Juan I, que andaba por Alcalá de Henares desde hacía tiempo, quiso poner a prueba su valor y se dejó llevar por la vanidad. Una delegación del norte de Africa, compuesta mayoritariamente por soldados, caballeros o mercedarios farfanes, tuvo la ocurrencia de regalarle un bravo caballo y Juan quiso lucirse como jinete, con tan mala fortuna que no pudo controlar al animal y cayó al suelo, con la trágica consecuencia de su muerte. La situación acabó convirtiéndose en un enorme problema debido a la minoría de edad del sucesor, Enrique III (11 años), y al vacío de poder al que tuvo que enfrentarse la política castellana. Pero aunque parezca casi un milagro, el arzobispo de Toledo Pedro Tenorio logró ocultar la situación hasta poder restablecer con seguridad la sucesión dinástica en el heredero. El arzobispo consiguió el respeto a la reina viuda y el juramento de obediencia al sucesor. Después, el cuerpo de Juan I fue trasladado a la Capilla de los Reyes Nuevos de la Catedral de Toledo, donde todavía permanece.

La puerta conservó su protagonismo e importancia hasta el siglo XVII, cuando otro arzobispo de Toledo decidió ocultarla tras una estructura barroca, pasando a formar parte del gran conjunto monástico de las Bernardas que había fundado en nuestra ciudad. Para sustituirla, mandó edificar el Arco de San Bernardo (1617-1618) al arquitecto Sebastián de la Plaza, que actualmente se conserva como parte de aquel gran recinto amurallado que sobrevivió casi en su totalidad hasta el siglo XIX.

Arco de San Bernando

A pesar del tiempo, abandonos u olvidos, todavía la conservamos, maltrecha, reconstruida (el 13 de diciembre de 2005 se derrumbó en parte), pero todavía en pie, como una magnífica muestra de la arquitectura defensiva medieval. De doble planta, con vanos de arcos ojivales y una escalera que lleva al paseo de ronda o adarve del conjunto amurallado.

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