Los colegios menores de San Eugenio y de San Isidoro
Los colegios menores de San Eugenio y de San Isidoro, ambos de fundación cisneriana, fueron dos instituciones dedicadas a la educación de los alumnos más jóvenes de la Universidad de Alcalá de Henares.
Colegio menor de San Eugenio
Llamado popularmente de Gramáticos, recibe su nombre de uno de los padres de la Iglesia Española, San Eugenio, primer Obispo de Toledo, del que Cisneros era sucesor. Fue creado para 30 estudiantes de Gramática Latina y seis de Griego.
Los estudiantes iniciaban en este colegio, a la edad de 14 años, sus estudios en Alcalá de Henares (en el siglo XVIII la edad baja hasta la de 11 o 12 años). No hay que olvidar que el latín fue la lengua de la cultura y la educación hasta el siglo XIX . De este colegio pasaban, con 16 o 17 años, a estudiar Artes, llegando a las facultades mayores a los 19 años y licenciándose a los 25. En ese momento era cuando ingresaban en el Colegio Mayor, donde los estudios de Teología duraban hasta 10 años. El edificio se encontraba en la actual calle de Antonio de Nebrija, a la que se dio el nombre del gran filólogo por estar ubicados en ella los primitivos colegios de gramáticos.
Colegio menor de San Isidoro
Empezó a impartir sus clases en el año 1514, siendo una copia exacta del de San Eugenio. El nombre de este colegio procede también de un padre de la iglesia española, San Isidoro de Sevilla. Fue creado para 36 estudiantes: 30 de latín y seis de griego. Su asentamiento en la morería, junto al de San Eugenio, demuestra el afán de expansión de la Universidad.
En el año 1649, se fusionaron los colegios de San Eugenio y San Isidoro, creando el Colegio menos de San Ambrosio, del que nos han llegado leyendas propias de las hambrunas que se describen en obras como El Lazarillo de Tormes o El Buscón. Entre los estudiantes universitarios estaban los que sólo podían comer sobras o vísceras de animales (chofes), que eran conocidos como los «chofistas». Pues bien, entre los gramáticos debió escasear mucho el alimento porque cuando los estudiantes ricos veían un estudiante flaco le decían: «eres de San Hambrosio», pronunciando una «h» aspirada, tal y como se hacía en el siglo XVI.
En la actualidad, modernos edificios de ladrillo que respetan las proporciones de la arquitectura de su entorno sustituyen a los antiguos colegios. En el patio de uno de ellos se sitúa una leyenda alusiva al antiguo colegio de San Eugenio. Además, se conserva el brocal de un antiguo pozo. En la esquina del edificio se sitúa escultura conocida como «La Estudiante», obra de Miguel Ángel Sánchez